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Muestra actual: El billar, el Peporro, las cangrejeras, Barcelona y la Montaña Roja

Desde Barcelona una mujer recrea los viajes infantiles que realizaba. Ni los zapatos reservados para el colegio ni las flamantes cangrejeras para el río le ayudan a realizar esa peregrinación que le lleva al Centro de la Tierra. Y además se podía estropear. La visita era algo que encajaba las compras, la cocina, el culto a los antepasados, saludos vecinales y quedadas para jugar largas -para ella- partidas de billar en subida desde el Centro de Castilla hasta la Montaña Roja de Soria con el Peporro, que vivía en Barcelona.

La niña miraba al padre mientras conduce; el padre mira al paisaje y el paisaje a los cuadros de flores con los que se funde.

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Los audios de Silvia

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Muestra anterior: Colección Amarillenta. Por Silvia y Alberto Pascual

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Excavaciones: Chipiona, Cádiz y catacumbas de París. Yacimientos: petroglifos Cerro de la Silla, Chile y ruinas de Detroit.

(Rangil)...nunca preguntó nada que, de a poco, no fuéramos conversando a lo largo de los años.

"Como Puedo", Ed. Mr. Danvers, 2022. Macarena Trigo (ver mas)

"El break-dance de la pintura: Jesús Rangil."

Paco López (ver mas)

Nada quedó a su lado

"Ozymandias", P.B. Shelley

Como RANGIL, queremos estar cerca de vosotros, comedidos, conformes, templados, imprevisibles. A falta de salas físicas, desvelaremos de manera regular pequeñas series de cuadros en nuestro espacio web y YouTube, además de crear ubicaciones que puntualmente iremos revelando. ¿Queréis VER su obra? ¿DÓNDE estará Rangil?

La primera es la "Colección Amarillenta". El amarillo (el pigmento más utilizado por el artista, en dura competencia con el rojo) surge desde sus épocas primeras en la forma de paisajes románticos, y se concluye con las inciertas visiones realizadas durante el período que nos ocupa.

RANGIL pisaba la tierra despreocupadamente; el país, su pulso y su aroma se trenzan de por sí sobre ella. También la observaba, sin embargo, desafiándola: nunca utilizó calzado deportivo para sus caminatas (decía que para el ejercicio físico había que llevar los zapatos más viejos y la ropa más vieja).

Hombre local, se dejaba admirar por la asombrosa volatilidad de estos tonos. Hombre verbal, creía en la palabra: recorría pueblos en campaña nacional de alfabetización.

RANGIL estudió Educación Especial. Desarrolló dos habilidades para la creatividad propia y ajena: 1) tomar forma estando con el prójimo, y a la vez reconocerse en él. 2) Dar validez a aquello con lo que sus alumnos con necesidades cognitivas se encontraban a gusto.

RANGIL atesoraba unas fotografías juveniles con un componente geológico apabullante. El país y la tierra son la misma cosa. El terreno es al Reino lo que la piel al cuerpo y no principalmente por ser parte de la monumental natura soriana o ceutí; son premonición y metáfora de lo permanente y ético en el pintor, y además, el primero de los temas en nuestra Colección Amarillenta:

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El borrón de Rangil es el "personaje" de Paco López

Los dípticos como éste dentro de las "series",

y las series mismas son la primera

cinética de Rangil.

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… Y de entre el páramo o planicie, algo que acontece. Son construcciones muy palpables en las que alcanza el primer plano el gesto dominante que surge del fondo y acapara la escena en calidad de arquitectura convertida en personaje, en palabras de Paco López, quien remata de este pugilístico modo: Más allá de la pintura pero definitivamente pintura, más allá del tiempo pero tiempo congelado, más allá del paisaje pero un paisaje mano con mano.

RANGIL es la propia estructura que relata; es color: sus paisajes y bodegones no se corresponden, en general, con una lógica de luz de día, tarde o noche, luz del flexo o su reflejo…apunta a un estado anímico-moral, más que a un estado externo de las cosas respecto del cual desee informarnos, y aún así, testificarnos y protagonizarnos.

El borrón, que es el gesto dominante y el "yo" en el cuadro, en ningún caso debe situarse en el centro gráfico, tal y como sucede, por ejemplo, con el grafitero (que algún día Rangil fue) cuya “firma" permanece triste e infantil y cegada por el foco, como cegó a sus tatarabuelos en los Misterios de Apolo, cuya música aparece en el vídeo.

La Modernidad no tiene por qué saber o por qué escuchar. Los valores atenuados y erosionados de estos momentos finales, verdaderos pergaminos, admiten el futuro efecto destructor del tiempo pero se aseguran de prevalecer en el mismo gesto declinante.

Es necesario el esmero de plasmar la relación entre el elemento identitario y el todo; se pueden realizar correspondencias de elementos con la parte superior, central o lateral del lienzo y, por extensión, sería deseable, dentro de cartografías superiores, incluso de realidades. Se recrean entonces sensaciones tanto de equilibrio, como de emergencia en el espectador del cuadro.

RANGIL otorga el mismo valor a lo conocido y a lo desconocido; no es relevante que estas firmas o masas tengan significado; da igual que se asimile armoniosamente el borrón a un sembrado, un campo libre, edificaciones, rebaños, a que este rasgo sea imaginario y se niegue a asimilarse a nada como sucede en nuestro corto con la breve sinfonía de Charles Ives titulada con idéntica intención "La Pregunta no Respondida" en 1906.

Sería también difícil de explicar y demasiado largo relatar la historia de la atracción que supuso Barcelona y sus pintores expresionistas para nuestro padre (la malograda plaza del Ministerio de Educación, la presencia de amigos de infancia en la ciudad, y postrera colaboración con el proactivo Sr. Rufí). Los pintores de las dos Castillas y del río Ebro, más cercanos para él, terminaron por ser más estructurales que sentimentales. Se diría que el pintor vivió en Valladolid pero, cada vez que soñó, sobrevolaba el Mediterráneo.

"Para una vez que cojo el tren, se retrasa, eso me pasa por hacerle caso a La Chica, que lo coge siempre, que va como un reloj (y que así descanso de conducir)... ¡Pues aquí estoy 'entoavia' como un 'gelipollas '! Un buen motivo para soltar un buen 'recontracojoncio'. Sí, señor.

No puedo evitar mirar hacia el andén, comprobar cómo nos acercamos y alejamos a él. Me jubilo.

No hay color alguno en el andén, es el fondo blanquillo de la lata donde pongo los pinceles 'a-mojo'.

Hemos pasado por una zanja bien honda, rodeada de luces redondas anaranjadas situadas en círculo. En medio de la oscuridad de los tramos, tierra aún, nada. Como si de una escena de crimen se tratara, solo se mira ahí. Una tierra amarilla, una tierra. Porque no es la arena que se cuela en los zapatos: molestona, más bien aquella que emerge frente a la estratosfera, cerca de nuestros cimientos y resistente al fuego, y a todos los juegos de los niños de la playa.

Tengo que ir a Barcelona a ver al Peporro. Cómo no vaya yo...

Ahora sí me duermo. Si me quedo así quieto, sin mover nada. Aunque todo lo demás sea un brinco. Viajar es saber a dónde voy sin apenas saber dónde estoy."

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La segunda cinética de Rangil son las correspondencias, en tránsito dentro del cuadro, y las deslocalizaciones:

Irving. Taller de Creación Plástica. Carrer Méndez Núñez 3, Barcelona, Palau de la Música.

AGRADECIMIENTOS a Irene y Miguel Ángel.

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