Rangil concibió su tarea no como la representación del mundo sino como creación de lenguaje, un lenguaje elaborado no desde el recuerdo idealizado sino desde lo Imaginario: “mi realidad no es demasiado visual sino recreada” (Rangil). Desprovisto de la mitología del origen y del consabido solipsismo moderno, nos invita a errar eternamente, celebrando el hallazgo cotidiano en cualquier actividad, sabiendo que en cualquier momento del viaje, seguramente el más intrascendente, está la puerta tanto de la conciencia como del sentido de la existencia.
Las vías, corrientes y caminos horizontales de Castilla y León que acaban y siguen como Rangil en los promontorios sorianos, son lo que está cifrado como Misterio en estas pinturas. Nacido en Soria y fallecido en Valladolid, viajó a menudo allí y volvió a menudo aquí a tal velocidad y frecuencia que difícilmente distinguía ya la ida de la vuelta, quizá hasta el punto de ver cómo se domesticaron las tierras de labor… y aparecieron puertas inscritas en ellas mientras desaparecieron personas y anécdotas: “Solo importan matices y ritmos en el espacio que forman correspondencias, como en el propio espacio que nos envuelve: sin concretarse, y en el que el espectador puede participar”.
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Teléfonos:
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Dedicatoria
El tren es nuestra metáfora. Nadie entre sus familiares tuvo relación con el tren. El artista adolescente es fuego. El artista en su vejez se retira elegantemente como el Valladolid-Ariza. Dedicamos esta exposición a la gente del tren.
Honramos la frase “Si Las Puertas …“ de William Blake, fundamental en esta web.